Tepeuxila, pueblo rulfiano

 

Pueblo callado

llorando ausencias,

de los hijos que están

y que ayer se fueron;

viven en nuestros pensamientos,

distantes,

su ausencia la secuestró el futuro.

 

Hay ausencias que angustian,

angustias que secuestran,

secuestros que marchitan,

marchiteces que hacen pensar,

pensamientos que ya no esperan,

esperanzas devastadas

devastaciones que laceran

laceraciones mortales.

 

Pueblo lacerado,

herido de muerte,

por los que están y quisieran no estar

por la ausencia de los que están,

que ayer se fueron,

que quisieran estar,

y su presencia sólo es....

por su ausencia.

 

El futuro prometía lo que el ayer robó,

lo alcanzó la inercia

que inexorable arrasó porvenires,

huyendo de ayeres.

no alcanzó a ser ni pasado glorioso

tampoco mañana halagador.

 

Esperanza que revira expectativas,

regalando el mañana en las narices

cual puerta impenetrable,

resistiéndose,

negándose.

 

Ayeres y, mañanas fundidos

en presentes que no alcanzan

ni siquiera balbucir

sonrisas lisonjeras,

son apenas,

atisbos de muecas,

 

La Gioconda de Da Vinci  en su morada.