Descarga
PRIISTAS PROVOCAN VIOLENCIA EN PAPATLATLA
Convocados por el mayordomo y los ex delegados de la comunidad (Consejo de Ancianos) a junta general el día 15 de noviembre, se reunieron los vecinos de Papatlatla Calnali, Hidalgo, para tratar el asunto relacionado con las fiestas patronales en honor a Santa Catarina.
Priístas provocan violencia en Papatlatl
Documento Microsoft Word 56.6 KB


Vista parcial de Papatlatla, Hgo. Foto tomada de Milenio on line.
Vista parcial de Papatlatla, Hgo. Foto tomada de Milenio on line.

Tomado de Milenio on line

 

Habitantes de Calnali aseguran que Saúl Granados les pidió dinero para el techo de una iglesia

 

Vecinos acusan que priista les condicionó el sufragio

 

Dicen que el político amenazó con dejarlos sin el templo católico, si votaban en contra. Agregan que cada persona y migrante aportó 200 pesos para la obra.

 

  • ·         2010-11-20•Región

Habitantes de la comunidad de Papatlatla, municipio de Calnali, denunciaron que el político priista Saúl Granados ha cometido diversos abusos en contra de la localidad, como condicionar el voto hacia el tricolor, a cambio de la construcción de una techumbre para la iglesia del lugar, así como de no aclarar el destino del dinero que los pobladores aportaron para tal obra, todo en contubernio con el párroco Tomás Bautista Hernández.

Los inconformes refirieron que desde marzo pasado Granados inició la precampaña de Francisco Olvera en la comunidad prometiendo la construcción del techado de la iglesia católica, que finalmente construyeron los mismos pobladores con recursos propios que él administró y de los cuales no aclaró su destino.

“Valiéndose de la amistad que lo une a Bautista Hernández, y como la mayoría de los habitantes son católicos, al ver que era muy bien recibido por el sacerdote, a ellos no les quedó otra opción más que admitirlo, puesto que hasta en ese momento el padre era respetado, además recién llegado a esa comunidad” explicaron.

“Confiados en sus palabras, los vecinos, trabajando en faena, quitaron la lámina que cubría el techo esto ya en tiempos de campaña. Pues, precisamente es cuando surgió la amenaza por parte de Saúl Granados, si no votaban por el PRI y ganaba en esa comunidad, quien ya de 15 años para acá se ha distinguido en que la mayoría de sus habitantes eran opuestos al PRI.

“Esto sorprendió mucho y los delegados en turno, pero decidieron acatar la orden, pues era responsabilidad de ellos si la iglesia se quedaba semi destruida. Esto fue el principio de tantas anomalías. Efectivamente, azuzados por los delegados de la comunidad, los habitantes votaron por el PRI, pues de no ser así, se quedaban sin su iglesia, y como era de esperarse ganó el PRI”.

Explicaron que se le exigió a cada vecino y también a migrantes de la comunidad una aportación económica de 200 pesos.

Calnali • Redacción


Ejidatarios exigen a dos mineras de Hidalgo acatar dictamen de tribunal

  •  Las empresas deben suspender actividades mientras se resuelve conflicto por 50 hectáreas, dicen
  •   Desde hace una década las compañías han funcionado en forma irregular en Zimapán, afirma dirigente agraria
  •  Queremos trato justo para los campesinos y preservar el entorno natural

De la corresponsalía

 

Periódico La Jornada
Domingo 17 de octubre de 2010, p. 27

Pachuca, Hgo., 16 de octubre. Ejidatarios de Xodhé y San Francisco, del municipio de Zimapán –ubicado en los límites con Querétaro– denunciaron que las empresas mineras Carrizal Mining y Fresnillo SA se niegan a darse por notificadas de una medida precautoria que el Tribunal Unitario Agrario (TUA) emitió en favor de los campesinos, quienes reclaman la restitución de más de 50 hectáreas en posesión irregular de esas empresas.

La medida que el TUA resolvió el 5 de octubre obliga a las mineras a suspender actividades mientras se resuelve el conflicto; sin embargo, argumentan que el lugar donde se encuentran asentadas no constituye domicilio para recibir la notificación y continúan sus actividades habitualmente. Aún más: sus instalaciones amanecieron ayer viernes custodiadas por policías privados.

Por lo anterior, el TUA dirigió el 11 de octubre un oficio al gobernador Miguel Ángel Osorio Chong en el que le solicita información sobre la residencia legal de aquellas compañías, y lo apercibe: si no lo hace se hará acreedor a las medidas de apremio estipuladas en el artículo 59 del Código Federal de Procedimiento Civil y Aplicación Supletoria en Materia Agraria.

Decenas de estos comuneros se encuentran en plantón en la plaza Juárez en demanda de que se cumpla el resolutivo. Su asesora, Martha López Ríos, informó que hace una década esas compañías se asentaron en la zona y han funcionado en forma irregular, con diversas razones sociales, y se niegan a otorgar a los campesinos las contraprestaciones obligadas y la oportunidad de emplearse en los trabajos de extracción de zinc, plomo y cobre.

Por el contrario, más de 40 las hectáreas se encuentran contaminadas con las descargas a cielo abierto de lodo tóxico que contiene arsénico, cianuro y plomo, sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente.

López Ríos refirió que en aproximadamente 10 años, las mineras han convertido en desierto la zona que otrora fue bosque y sembradío de árboles frutales.

La dirigente agraria, que encabeza el plantón frente a la sede del gobierno estatal, dijo que los ejidatarios están a la espera de que el secretario de Gobierno, Gerardo González Espínola, llame a una mesa de negociación a los apoderados de la compañía, Carlos Silva y Elías Trejo, ya que no es nuestra intención afectar a los 400 obreros que laboran en la mina con el eventual cierre la fuente de trabajo, sino lograr un trato justo para los campesinos y la preservación de nuestro entorno natural.

Precarias medidas de seguridad

Por otra parte, ex trabajadores de la mina alertaron sobre las precarias medidas de seguridad con las que se trabaja, situación que cobra en promedio la vida a un minero cada 20 o 39 días.

López Ríos hizo un llamado al gobernador; al secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, y al director general del IMSS, Daniel Karam, para que verifiquen esta denuncia, ya que los 400 mineros trabajan en condiciones lamentables, con jornadas de 12 horas y pagos que osci- lan entre los 700 y mil 200 pesos semanales.

No cuentan con la protección de la seguridad social, ni están afiliados a sindicato alguno, finalizó.

 

 


Proceso Díaz contra los caciques.

 

Luis Hernández Navarro

 

El profesor Proceso Díaz Ruiz nació en Molango, Hidalgo, el 3 de septiembre de 1951. Y, por haber venido al mundo en la Huasteca y ser maestro de educación pública, desde que tiene uso de razón se ha topado con cacicazgos. En su pueblo y en su región, con el de los Austria. En su estado, con el de Manuel Sánchez Vite y sus sucesores. En el sindicato de maestros con el de Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo.

Como muchas otras familias en la región, la del profesor Díaz Ruiz creció bajo la sombra del cacicazgo de los Austria. Los patriarcas de la dinastía, el coronel Honorato Austria y Francisco Austria, conocido como Francisco el Grande, eran señores de horca y cuchillo, dueños de tierras y vidas en Tepehuacán y sus alrededores. Proceso creció con el relato paterno de cómo, perseguido por los caciques, su abuelo tuvo que huir del pueblo.

Después de estudiar la secundaria en la escuela por cooperación Héroes de México, en Pachuca, Proceso ingresó primero en la normal rural del Mexe –que el gobierno decidió cerrar en 2008– y después en la Normal Superior de México, tomada por el cuerpo de granaderos en 1983. Entró al Mexe con la decisión de aguantar. Las condiciones eran muy difíciles y no era fácil estar en un internado de ese tipo. Pocos muchachos resistían estar allí. Pero él lo hizo. En la escuela tenía comida, alojamiento y un poco de dinero para algunos gastos.

Entró a la normal rural en 1968, dos meses después de la fecha establecida para el inicio a clases, debido a que la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) se fue a la huelga. Él no participaba mucho en política pero el Mexe fue fundamental para su formación. “Fue una preparación muy positiva –dice–: aprendí lo que no había sabido nunca. Había buenos catedráticos. Te metían la cuestión de la misión que debe tener el maestro en las comunidades. Sabíamos que salir de allí no era para ir a hacerse rico o buscar puestos, sino para estar en las peleas de las comunidades, del pueblo. Porque nosotros provenimos de ahí. Adquiríamos una ideología a favor de la lucha de liberación. Aparte de las clases, yo leía mucho. Me metía a la biblioteca y buscaba los libros más adecuados.”

Al terminar sus estudios, en 1971, regresó a trabajar a Tepehuacán. Inspirado en la necesidad de luchar por la liberación comenzó a organizar el descontento popular. Al llegar se encontró con una situación familiar complicada. El hijo del cacique, Francisco Austria Cabrera, había golpeado y maltratado al hermano de Proceso porque éste se había enamorado de su hermana. El papá de Proceso guardó mucho coraje. La situación se tornó muy amenazante. “Ya no podíamos andar en la calle. Teníamos que andar armados”, cuenta el maestro.

A finales de los sesenta y comienzos de los setenta el hombre fuerte del estado era Manuel Sánchez Vite, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y egresado del Mexe. Él era un cacique por partida doble, que cayó en desgracia al desafiar al presidente Luis Echeverría.

En la región, los maestros tenían que estar a lo que Francisco Austria dijera. Tomaban alcohol con él, estaban a sus órdenes. Él nombraba a todas las autoridades y manejaba la cuestión económica. Tenía nexos muy fuertes con los gobernadores en turno. Hacía votar a la gente a fuerza y él mismo tachaba las boletas. Déspota, cometía todo tipo de agravios y ofensas.

Afrenta sobre afrenta, la gota que derramó el vaso de la familia Díaz fue el abuso cometido por Arturo Austria, hijo del cacique, de Frida, hermana de Proceso, en 1975. Ella se suicidó, dejando un escrito en el que contaba el abuso del que había sido víctima. Su papá tomó la decisión de no regresar a Tepehuacán. Tras de sí dejaron tierras que había heredado de su abuelo, casa y pertenencias.

En el exilio, Proceso procuró mantener viva la llama de la disidencia interna contra el cacique, junto a otros paisanos y parientes, también expulsados del municipio. Se afilió al Partido Mexicano de los Trabajadores y, más tarde, junto a otros maestros, al naciente Partido de la Revolución Democrática, de donde salió decepcionado. Participó en la Comisión Nacional de Telesecundarias y en el combate al cacicazgo de Carlos Jonguitud en el SNTE. Desde el Consejo Central de Lucha de Hidalgo fue parte de la CNTE. En ese estado, los intentos por democratizar al sindicato derivaron en un enfrentamiento salvaje. Varios maestros democráticos, como Pedro Palma, cayeron abatidos por las balas asesinas de Vanguardia Revolucionaria. Proceso fue sancionado laboralmente. Más adelante formó el Centro de Derechos Humanos Sergio Méndez Arceo, apoyó a la rebelión zapatista y se incorporó a la otra campaña.

En mayo de 1989, los habitantes de Tepehuacán imitaron a Fuenteovejuna. El presidente municipal sustituto, un antiguo teniente del Ejército, metió a la cárcel a Francisco Austria Cabrera, después de que éste lo ofendió. En menos de un día, más de 3 mil personas se concentraron en la cabecera municipal queriendo linchar al cacique. Para protegerlo, las autoridades lo metieron en un cuarto en el que él acostumbraba torturar a sus enemigos. Desde la calle, la masa lo mojó y escupió. Él lloró hasta que la policía del estado lo salvó. Enojados por el rescate de su verdugo, con sed de venganza, los agraviados saquearon la casa del señor, le prendieron fuego a su rancho y devoraron en un festín 200 de sus cabezas de ganado y borregos. Muchos de ellos apenas habían comido carne en su vida.

“Nuestra participación en la lucha contra el cacicazgo fue determinante –asegura Proceso-; toda la población reconoce el trabajo que hicieron nuestros papás, mi papá, mi tío, mis maestros, nosotros.”

Proceso Díaz ha sido tenaz en la lucha contra los cacicazgos de los Austria, de Jonguitud y de la señora Gordillo. “Yo no me voy –afirma el normalista rural–; me sostengo, tratando de hacer algo para quitar ya a Elba Esther. Ella es un lastre que está acabando con la educación y con las conquistas de los maestros.” Por culpa de educadores como él, la maestra quiere desaparecer las normales rurales.